viernes, 9 de mayo de 2014

Dardanelos

Estrecho turco que separa Asia de Europa, que se extiende a lo largo de unos 71 km de longitud y cuya anchura oscila de los 1600 m a los 6500 m. La profundidad media de sus aguas ronda los 50 metros aproximadamente. Es la conexión del Mar de Mármara y el Egeo, subdivisión del Mediterráneo. Se sitúa muy cerca de Estambul y del Bósforo. De la misma que el conocido estrecho del Bósforo sirve como una división de la ciudad de Estambul en Turquía, también ubicándose entre el continente de Asia y el de Europa, el estrecho de los Dardanelos sirve como división entre el contienente asiático y el continente europeo en la península de Galípoli. La principal ciudad que podemos encontrar en el estrecho de Dardanelos es Çanakkale, la cual ha recibido su nombre gracias a los diversos castillos que hay en sus cercanías. El nombre que se la da actualmente, Dardanelos, procede directamente de Dardania, la cual es una antigua ciudad localizada en el lado asiático del estrecho. El estrecho de Dardanelos se formó aproximadamente durante el período cuaternario. Posee muy pocos accidentes costeros y una de las principales actividades que se desarrollan es la pesca.
La batalla de los Dardanelos: la guerra global. Tuvo lugar entre febrero de 1915 y enero de 1916 en la península turca de Gallípoli y en ella lucharon las tropas del Imperio Otomano capitaneadas por el general Mustafa Kemal contra soldados de Inglaterra, Francia, Nueva Zelanda y Australia. Los aliados aspiraban a controlar el estrecho para dar aire a Rusia e, incluso, a tomar Constantinopla. Sin embargo, enormes errores tácticos y la feroz oposición turca transformaron el desembarco en Gallípoli en una trampa. El desastre de los Dardanelos hizo que el mismísimo Lord del Almirantazgo renunciase a su cargo. Su nombre era Winston Churchill. Su rival, Mustafa Kemal, comenzó a forjar en aquellas trincheras la leyenda que le convertiría en Atatürk, el padre de la Turquía moderna. En las playas de Gallípoli murieron 250.000 soldados británicos. Todavía hoy, a altas horas de la madrugada, no es raro escuchar en pubs de Dublín o Sidney canciones que hablan de muchachos que murieron en lugares de nombres terribles y hermosos, como Suvla Bay o la colina de la Cimitarra.

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